La Nueva España |  12.02.2018

La Federación de Espeleología descubre 5,2 nuevos kilómetros de galerías en la gruta de Teverga, que la convierten en la más grande de Asturias, próxima ya a los 20.000 metros de longitud

Viaje al centro de la Tierra en Teverga. Cueva Huerta es la sima más grande de Asturias y la mayor del Noroeste de España en calizas carboníferas. La Federación de Espeleología del Principado de Asturias ha descubierto 5,2 kilómetros de nuevas galerías hasta alcanzar un total de 19,8 kilómetros de galerías y pozos subterráneos. Una cifra que seguirá aumentando a lo largo del presente año con el inicio de un nuevo estudio que permitirá volver a explorar la cueva para hacer un nuevo plano con el uso de medidores láser y fotodocumentación, pudiendo concretar así su geomorfología e hidrogeología.

“La longitud de la cueva -que es parcialmente visitable- seguirá incrementándose hasta una cifra desconocida a día de hoy; en esto, en adentrarse en lo desconocido, reside la esencia de la espeleología”, afirma Susana Gutiérrez, coordinadora del colectivo Asturiano de Espeleólogos “Cueva Huerta” de la Federación, en el que también participan espeleólogos de Madrid, León, Galicia, Valencia, Cantabria y Cataluña.

Los cinco kilómetros descubiertos se ubican en la zona sureste de esta gran oquedad, en el área más alejada de la entrada. “Para acceder, con galerías de hasta veinte metros de ancho y alto, es preciso caminar durante unas cuatro o cinco horas, muchas veces arrastrándose, y emplear más de trescientos metros de cuerda”, señala Gutiérrez. Son casi veinte kilómetros de galerías que convierten a Cueva Huerta en la sima más grande de Asturias, “superando a las famosas y profundas simas de los Picos de Europa“, detalla la coordinadora del colectivo. Y todo parece indicar que Cueva Huerta es más profunda. En 1974, dos décadas después de ser explorada científicamente por primera vez, se hizo el primer plano de la cueva, que contaba con 14,5 kilómetros, los conocidos hasta el día de hoy. Así es que el próximo 15 de marzo los espeleólogos volverán a la gruta tevergana, declarada Monumento Natural en 2002, para continuar con el estudio a lo largo de 2018, una vez que las especies protegidas de murciélagos que habitan en la misma hayan salido.

Todo ello se logrará con el apoyo de tecnologías como el sistema “Distox”, que incluye medidores láser y fotodocumentación para obtener muchos datos sobre la formación de la cavidad. “Indica la orientación de la cueva, con las nuevas tecnologías es más fácil porque antes iban con cinta métrica, brújula y altímetros”, comenta Gutiérrez. Una investigación para la que cuentan con el apoyo de la dirección general de Biodiversidad y Servicio de Especies y Espacios Protegidos del Principado de Asturias, el Parque Natural Las Ubiñas-La Mesa, el Ayuntamiento de Teverga y los vecinos del municipio. “Es un hallazgo muy importante y para Teverga más porque no deja de atraer la atención de los asturianos”, sostienen los espeleólogos, quienes celebran que con este descubrimiento “se refuerza el valor de Cueva Huerta, atrayendo hacia Teverga la atención de la sociedad asturiana, que puede visitar los primeros cientos de metros de la mano de la empresa ‘Deporaventura'”, destaca Gutiérrez. Cueva Huerta es ahora la puerta de Asturias hacia el centro de la Tierra.

Sara arias


Raquel Enríquez, ante unas formaciones excéntricas halladas en Cueva Huerta.


Laura Zango, del colectivo de espeleólogos asturianos, en la gruta de Teverga.